Siempre hemos escuchado hablar de fantasmas que se aparecen en la noche en un cementerio, en una casa abandonada, o en una zona bastante oscura, pues bien empecemos por definir el término "FANTASMA" como la representación visual, acústica o táctil del cuerpo no físico de una persona fallecida que, por diferentes motivos o circunstancias de su permanencia como ser humano en vida, se ve aferrado o enganchado a la misma bajo otra forma de existencia no física, manifestándose de diferentes formas ante seres humanos, en especial a sus familiares o amigos y en determinados lugares dependiendo de la carga psíquica existente entre ellos.
Según bibliografia especializada se afirma que el fantasma tiene cierta consistencia material, aunque es más o menos tenue, transparente, con poquísimo peso con relación al modelo reproducido. lo que nos lleva a pensar que es posible que estos en ciertas situaciones puedan causar el movimiento de ciertos objetos.
Sin embargo se debe informar que ocurrieron fraudes y tentativas de engaño, lo que dio mayor mérito a la comprobación de los fenómenos auténticos. A la formación del fantasma se le denomina un fenómeno de ideoplastia, plastificación externa de la imagen inconsciente que tiene el médium, y dependiente de éste en todas sus características como peso , tamaño, movimiento, sensibilidad, etc. Por tanto este fenómeno está, por lo tanto, clasificado entre los extra-normales".
Por ejemplo cuando el fallecimiento de un ser se completa, de su cuerpo físico se supone que se desprenden los cuerpos etéreos (cuerpo mental, emocional y espiritual) lo cual es bien conocido en las culturas orientales. Estos tres cuerpos que forman una unidad llamada "Cuerpo Etéreo" forman lo que se denomina el Cuerpo Astral. Se han constatado que tras el fallecimiento de una persona el cuerpo físico pierde unos 150 gramos de peso que muchos presuponen que se podría tratar del peso del cuerpo astral. Pero todo esto no es más que un planteamiento especulativo. Es evidente y también se ha comprobado que esa pérdida de peso es común en todos los fallecidos y, en principio, no se debe a ninguna causa aparentemente explicable (perdida de tejidos, volumen de aire en los pulmones, líquidos o fluidos corporales, etc que podrían explican este fenómeno)
Es así que el cuerpo astral, conformado por el mental, el emocional y el espiritual, tiene la capacidad de "despedirse" de sus seres queridos y de recorrer el mundo físico volando en lo que se denomina la "quinta dimensión", así como los hechos que experimentó en vida. Una vez que el cuerpo astral hace lo que cree que tenía que hacer en el mundo de los vivos, el cuerpo espiritual lo abandona y asciende a la dimensión luminosa que se vislumbra en los viajes astrales y en las experiencias de pre-muerte, dejando atrás al cuerpo mental y al cuerpo emocional.
De este modo el cuerpo mental y el cuerpo emocional, entonces, conforman el cuerpo de lo que conocemos como fantasma o espíritu desencarnado, y este fantasma, sin la insuflación del espíritu esencial, comienza a desgastarse. El fantasma piensa y recuerda, y se puede manifestar y actuar en nuestro mundo físico a través de un médium, que viene a ser el lugar apropiado donde aparecer, y puede ser una casa encantada o una persona sensible para cumplir una promesa, para instruir o inspirar a un humano vivo, o para conseguir a través de los vivos, lo que ya no puede conseguir como muerto.
Pero cuando el cuerpo mental se despega del cuerpo emocional, y se reúne con el cuerpo espiritual, ya sea para vivir en el más allá o para renacer en la Tierra, y deja al cuerpo emocional solo. Este cuerpo emocional ante la ausencia del cuerpo mental se convierte, al perder la capacidad de pensar y razonar, en un fantasma emocional, que sólo actúa por deseos y emociones, sin saber qué es lo que hace ni qué es lo que quiere, y, dependiendo de sus emociones, actuará sobre los seres vivos de la Tierra. A veces sólo se dedica a vagar e impresionar a las personas sensibles, pero en otras ocasiones llega a causar verdaderos problemas a los vivos. Este tipo de fantasma es el más común, y a él se debe que las religiones de todos los tiempos hayan considerado seres perversos y malignos. Su tiempo de duración en la Tierra puede ser muy largo si está protegido por una estructura material, como una casa o castillo. La indiferencia de los vivos puede llegar a destruirlos.
Podemos concluir entonces que el cuerpo emocional está más apegado al mundo de los vivos y es que más trabajo le cuesta salir del mismo. Mientras se mantenga viva la llama del recuerdo en un mortal sobre el difunto en cuestión, su cuerpo emocional se mantendrá atado al lugar. por lo que podemos afirmar que somos los vivos los que los mantenemos en nuestro mundo, en especial la gente sensible, debil de caracter hacen que estos se puedan materializar.